El Mal de Alzheimer parece asecharnos en silencio, y los familiares que lo padecen nos recuerdan nuestra propia vulnerabilidad ante él. En total la padecen 47 millones de personas, y sufren de sus efectos secundarios como menos el doble de personas, ya que genera una dependencia tan grande en quienes tienen la enfermedad que afecta a sus seres queridos porque tienen que transformar sus vidas para apoyar al enfermo.
Se estima que la incidencia de la enfermedad aumentará en un 600% de aquí a 2050, principalmente debido al envejecimiento de la población. Es cada vez más típico que ante cualquier pequeña falla de la memoria nos preguntemos asustados ¿será esto una señal de que sufriré de Alzheimer; ese miedo es entendible, nuestra sociedad aclama la independencia y autonomía, pocas ideas nos producen tanto pánico como la de acabar dependiendo de los demás y volvernos una carga.
Por eso es muy entendible el miedo que causa la posibilidad de sufrir algún tipo de demencia como el Alzheimer. Pero ante eso, me parece que es importante dejar claro ciertos puntos. Primero, nuestro cerebro va a pasar por un proceso de envejecimiento que es normal, natural; a todos nos puede pasar y no es señal de que vayamos a padecer de alguna enfermedad cognitiva.
Y segundo, la oxidación cerebral es algo inevitable, está en nuestras manos tomar ciertas medidas a lo largo de nuestra vida para garantizarnos un envejecimiento cerebral sano. Como es algo que sabemos que inevitablemente nos va a ocurrir, debemos tomar las precauciones necesarias para vivirlo de forma digna.
Por un lado, es importante ejercitar el cerebro a través de diferentes actividades y metas como aprender idiomas y leer. También es clave pasar tiempo en familia y sociabilizar para aumentar nuestro nivel de felicidad, así como practicar deporte y aprender a controlar nuestro estrés, todo ello con la idea de prevenir una oxidación prematura de los tejidos cerebrales.
Entre todas esas prácticas saludables, la que juega un papel más importante para el buen funcionamiento de nuestras neurotransmisiones es una dieta que le proporcione al cerebro los nutrientes que requiere para que sus conexiones se produzcan exitosamente. Típicamente, se recomienda una de poco consumo de carne y grasas, así como evitar los alimentos azucarados, pero sobre todo, darle una gran prioridad a los alimentos que contengan antioxidantes.
Ahora bien, si la ingestión de antioxidantes es tan importante para el futuro de nuestro cerebro, lo más recomendable para asegurarnos de que nos lleguen suficientes antioxidantes es consumir concentrados. Con la ayuda de este tipo de suplementos, sabremos que pase lo que pase a lo largo de nuestro día, nuestro cerebro habrá recibido los nutrientes fundamentales para su conservación.
Pero además, debemos preocuparnos por que aquella ayuda alcance de forma real al cerebro y no se pierda en la complejidad de nuestro sistema digestivo. Resulta que nuestro órgano principal está protegido por una barrera, llamada barrera-hematoencefálica que previene la intrusión de elementos peligrosos, pero también, que le obstruye el paso a otras sustancias que pueden ser benéficas para él como lo son, en este caso, los antioxidantes.
Existe un antioxidante que fue reducido con éxito a un formato una dimensión completamente novedosa mediante la nanotecnología. Gracias a su tamaño nano, logra penetrar todos los órganos del cuerpo humano, a profundidades donde ningún otro producto llegaba, y es capaz de traspasar la barrera del cerebro. Esto es un paso revolucionario en la historia de los antioxidantes, ya que por primera vez se logra una acción real sobre el cerebro para evitar su oxidación. El producto resultante de estas investigaciones se llama GranaGard y está a la venta en México desde este año. Puede pedirse en la página web de la Distribuidora BíoLife: www.granagard.com.mx/
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Acerca de GranaGard
GranaGard es una fórmula bloqueadora de radicales libres compuesta por aceite de semilla de Granada reducido a dimensiones nanomoleculares. Esta revolucionaria tecnología fue patentada en Europa y es distribuida en México por Distribuidora Biolife SA de CV. El suplemento alimenticio está compuesto por Omega-5 (ácido punícico) y se vende en cápsulas de gelatina blanda. Sus partículas, reducidas por primera vez a tamaño nanomolecular, permiten que el extracto llegue a lugares del cuerpo donde no llegan otros antioxidantes, y entre otras cosas fundamentales, atraviese la barrera hematoencefálica del cerebro. De esta manera, además de aportar los beneficios de los demás antioxidantes, es un neuroprotector y el único que actúa a nivel cerebral y evita la oxidación de sus células de manera directa. (Autorizada su venta en México).