Se estima que para el año 2030 la economía digital representará cerca del 80% de los negocios en México.
Gravar este tipo de actividades será una consecuencia natural del crecimiento de los modelos de producción y de la actualización necesaria de la fiscalización, sobre todo en los países en vías de desarrollo.
Ciudad de México a 12 de febrero del 2021.- Base Firma, consultoría fiscal internacional especializada en precios de transferencia informó que la economía digital (término utilizado para referirse a los nuevos modelos de producción en los que se comercializa, intercambia y se realizan compras de bienes y servicios de manera completamente digital) representará para el año 2030 el 80% de la economía nacional.
Esto debido a que durante la pandemia, el e-commerce y la economía digital tuvieron que adaptarse y re agruparse en 4 grandes grupos integrados por:
Mercados digitales multinacionales: plataformas que permiten a los usuarios finales intercambiar y realizar transacciones.
Revendedores: empresas que controlan los precios y asumen responsabilidad hacia los clientes.
Integración Vertical: empresas que han adquirido la propiedad de proveedores y, por lo tanto, han integrado el lado de la oferta del mercado dentro de sus negocios.
Proveedores de Insumos: en contraste con multidisciplinar plataformas, ellos no son intermediarios e interactúan sólo con otra firma y no con el cliente final.
Por lo que para el país representará un reto de innovación y desarrollo tecnológico el lograr que pequeñas y medianas empresas cuenten con los recursos necesarios para dar un salto exponencial a las nuevas formas del comercio electrónico que no sólo impactarán al país sino a la economía mundial.
Ante este panorama, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ya ha generado avances en la discusión sobre los retos que la economía digital representará en el crecimiento de los países y ha planteado una serie de propuestas que involucran la redefinición de conceptos básicos donde las reglas fiscales internacionales abarquen también a las empresas que se desenvuelven dentro de dicho ámbito.
En México, la legislación aún carece de los elementos y figuras suficientes para poder delimitar correctamente este tipo de actividades. Por ahora, los esfuerzos se han centrado en fiscalizar a aquellos usuarios e intermediarios de las empresas de tecnología digital. Sin embargo, se buscará un reto aún mayor, fiscalizar las utilidades de los desarrolladores de esas tecnologías que hacen negocios en el país sin necesidad de contar con presencia física.
Por lo anterior, deberíamos esperar que en los próximos años exista en primer lugar un consenso entre los países miembros de la OCE y en segundo una modificación en nuestras leyes actuales, incluidos los tratados para evitar la doble imposición con la finalidad comenzar a gravar de manera directa a la economía digital.
“Debemos recordar que en el país, ya se han empezado a realizar esfuerzos por fiscalizar las plataformas digitales, recientemente hemos visto como se ha diseñado ya el gravamen del impuesto al valor agregado a servicios y consumo a través de plataformas digitales, si bien esta contribución indirecta afecta al consumidor, esto no es la solución ya que la riqueza y utilidades generadas por medio de estos modelos de negocio siguen en la mayoría de los casos libres de impuestos. Por lo que si bien es el comienzo, no puede ser el camino” comentó Omar López, Socio de Base Firma México.
Y es que gravar este tipo de actividades será una consecuencia natural del crecimiento de los modelos de producción y de la actualización necesaria de la fiscalización, sobre todo en los países en vías de desarrollo; ya que es aquí, donde no podemos negar que las nuevas tecnologías han influido positivamente en el aumento y generación de capital, por ende, es indispensable que las autoridades fiscales como herramientas de regulación (en la distribución de la riqueza) estén atentas al diseño de nuevos mecanismos que permitan una correcta tributación.
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